lunes, 29 de julio de 2013

De como prefieren a Lilith y a Eva la dejan en el olvido

Siempre gusta lo peligroso, lo prohibido, 
nadie quiere lo recto y bueno.
La hipocresía palpita de una manera
que la relega a lo inalcanzable.
Y cuando se dan cuenta 
que lo que en realidad necesitaban
no era a la traición
de una mujer, regresan con pies ligeros y quemados hacía
aquella que desobedeció primero;
lamentablemente ya fue expulsada y sin un Adán
que la cobije.

martes, 23 de julio de 2013

Volví a casa

Es extraño como anocheces en una ciudad, un estado y amaneces en otro. Amaneces en el que debe de ser tu hogar. Hoy no me siento en él. Siento que mi corazón ya no esta aquí, lo peor es que no sé dónde está. Tal vez se quedó allá, tal vez se lo quedó Kenia, Carlos, Karla, Ángel, Eloísa, Kissifur y Piñata. O tal vez ya no existe. Tal vez ya no quiere existir.

No me siento en casa, me siento extraña, me siento ajena, me siento como si no perteneciera a ningún lado.
Mi madre me extrañó, me abrazó y sonreía con gran gozo, yo le sonreía de la misma manera, pero no con el mismo entusiasmo. Sinceramente no quería regresar, pero tampoco puedo volver.
Hoy, en este día, no tengo corazón.

jueves, 11 de julio de 2013

No soy lencha, pero me rodeo de ellas





El día de hoy acudí a una ponencia llamada “Lesbianismo Político” a ciencia cierta no sé el nombre de la autora, no porque no haya puesto atención sino porqué al momento de presentarla no se les entendió en el micrófono, lo que alcance a percibir fue Martha, pero de nueva cuenta reitero que no lo sé. Esto dentro del marco de la 2da Jornada Cultural de la Diversidad organizada por el Movimiento LGBTTTI y bajo la invitación de una amiga, lesbiana, por supuesto.

Seré sincera, no iba con muchas expectativas, lo hice por acompañar a Mariana, salir de casa y aprender algo nuevo, incluso mientras íbamos al lugar jugamos con la perspectiva ¿qué pasaría si mi madre se diera cuenta?, no es que ella tenga lesbofobia o algo por el estilo pero últimamente se ha “preocupado” porque, al menos en cada círculo de amigos, tengo una amiga como lesbiana.

Llegamos al recinto, el mezanine del Congreso del Estado (sé que en realidad para este nivel no tiene mucha relevancia que lo mencione pero más adelante lo haré) con media hora de anticipación, tomamos nuestros lugares y platicamos en lo que iniciaba el evento. Éramos aproximadamente quince mujeres, dos hombres, un gay y dos trans; se podrán dar cuenta de que no mencioné el número de lesbianas porque no lo sé, creo que en realidad debería de contar las heterosexuales que presenciamos la ponencia.

La verdad es que pensé que presentarían algo novedoso ya que comenzaron con una breve introducción respecto a las propuestas que tenían pensando entregar a las autoridades correspondientes para hacer posible los derechos humanos de las lesbianas, sin embargo no fue así, el discurso fue el mismo que he presenciado a través de las redes sociales. La autora del escrito decía que era una lesbiana amorosa, que tiene amigas en la ciudad de México que son feministas, y por la manera en la cual se expresaba parecían radicales, que conoció a través del movimiento de mujeres, mencionó a varios de ellos: feministas, contra los feminicidios, hombres feministas, lesbianas feministas, o cualquier nombre que incluya los sustantivos feminismo y lesbianas. Todos tienen el propósito de luchar por el derecho de las mujeres, principalmente el de las lesbianas, pidiendo tolerancia por ser diferentes. Y eso fue todo.

Después dieron paso a una serie de preguntas y respuestas en donde una chica comentó que era necesaria la educación de las nuevas generaciones porque habrá más lesbianas en el mundo, luego otra se “ofendió” porque ella decía que no se tiene que esperar a que esta generación tenga hijos paras tomar cartas en el asunto, su discurso se basaba en tolerancia, que nadie les diga nada cuando pasean por un centro comercial, besarse con su pareja, hostigarlas o acosarlas por sus preferencias amorosas y sexuales, luego lo resumió exigiendo libertad.

La libertad no existe, es sólo un ideal romántico que nos han inculcado a lo largo de la historia.

Fueron precisas las ideas que plasmaron, un mundo en donde cualquiera puede salir a la calle sin temor a que les hagan nada, la elocuencia fue lo suficiente para llegar al escaso número de asistentes; reclamaron que no hubieran más pero sabían muy bien el motivo de ello: miedo.

Sabían que el miedo de las mujeres a ser reconocidas como lesbianas en el Congreso del Estado era grande, el miedo a ser rechazadas, a ser agredidas, a ser marcadas solamente por un gusto pudieron más que luchar por sus derechos.

Es motivador que realicen este tipo de eventos, además de las marchas que, para mí, están sobrevaloradas, pero lo que parece que no les queda claro es que de la teoría a la praxis hay todo un mundo de distancia y precisamente era lo que quería expresar pero ya no hubo tiempo para hacerlo.

Desgraciadamente vivimos en una sociedad conservadora que durante siglos ha actuado por medio de una “familia tradicional” y machista. La iglesia nos ha calado hasta los huesos al decir que la homosexualidad es pecado, claro, sólo traduce con literalidad lo que les conviene y que me perdone Dios en dado caso de no ser así. Pero si los griegos, de donde han salido los filósofos más reconocidos, decían que se acostaban con las mujeres porque era necesario poblar las ciudades, pero no porque realmente lo quisieran, el verdadero placer lo tenían cuando se acostaban con hombres. Ya existía la homosexualidad, e incluso el lesbianismo con Safo, y lo veían con naturalidad ¿Por qué la sociedad del siglo XXI no puede aceptar algo que ha existido desde siempre? Sólo fue cuestión de que entráramos a esa era llamada medieval para que todo se retorciera.

Al parecer lo que no entienden nuestras amigas lesbianas es que todo por lo que están luchando ahora no lo vivirán, por el contrario, serán las siguientes generaciones  las que podrán disfrutar de todo lo que han logrado, así como en décadas anteriores las lesbianas lucharon por el respeto que se merecen y ahora ellas pueden hacer este tipo de eventos, en los cuales se pueden expresar libremente en el Congreso del Estado, sí, no en un salón de eventos, parque cualquiera, no, es el CONGRESO DEL ESTADO. Creen que no han logrado nada cuando hace unos años sería impensable que pudieran presentarse en lugares como estos.

¿Es injusto? Sí, vaya que lo es, pero la vida no es justa y deben comprender que siempre habrá odio, ying y yang si desean verlo de esa manera, bien o mal; si existe el amor también el odio estará presente.

Seguirá habiendo personas a las cuales no les guste que manifiesten sus expresiones amorosas en público, incluso que estén “en contra” de la homosexualidad, lo que sí se puede hacer es enseñar la tolerancia desde ahorita.

Ejemplo estúpido: a mí no me gustan las calabazas pero no por eso voy a ir a matar a todos los jornaleros, personas que las degustan, ni a quemar las hortalizas porque ese vegetal no es de mí agrado, simplemente tolero a quiénes sí, las evito comer y listo.

Eso es lo que se les debe enseñar a esta sociedad que recién está abriendo su mente ante diferente pensamiento, hay diversidad y hay que aceptarla tal y como es; tolerar si no podemos consentirla del todo. Al menos en mi caso lo hago, tengo la fortuna de ser docente y a veces tomo la libertad de dar pequeñas “lecciones” vivenciales en lugar de aplicar algún ejercicio en el tema: les hablo de la homosexualidad con naturalidad, del respeto hacia los demás y de la aceptación de todos. Puede que les llegue algunos o puede que no, pero al menos estoy haciendo la labor que la misma sociedad me demanda.

Así que, adelante, lesbianas, sigan luchando para que dentro de unos años no muy lejanos puedan salir a la calle sin miedo a una represión.


No soy “lencha”, pero me rodeo de ellas.

sábado, 6 de julio de 2013

De lo que pasa en una paseada por "La Liber"

El día de hoy fui al centro ¿histórico? de mi ciudad, tenía meses que no iba sino es que poco menos de un año. Me baje en la “parada” (sin albur) correspondiente  y caminé unas cuatro o cinco cuadras hasta llegar a la calle Libertad o “La liber” como mejor la conocemos los chihuahuenses, es una especie de calle Madero del DeeFe pero unas 5 veces, si no es que más, más pequeña.

No sé qué tienen los gobernadores del Estado que siempre imitan a la ciudad mencionada anteriormente, nos dieron una Diana Cazadora en la avenida Mirador, incluso una mala imitación del Ángel de la Independencia aunque el de acá es Ángel de la Libertad con una espada que tiene un láser al mero estilo Jedi que significa esperanza; ya tiene rato que no funciona así que tenemos roto el rasho láser de la esperanza.

El nuevo gober César “Pelona Reluciente” Duarte junto con el presi municipal decidieron hacer casi lo mismo que en la Madero y el Centro Histórico (ese sí es histórico y no chingaderas) eliminar algunas calles para que sea un enorme paso peatonal, pues, para los peatones. Duh.

Las obras siguen sin finalizarse por lo que aún hay bastante escombro en ese espacio, especialmente frente a Catedral, en la cual hay una exposición de esculturas. Sinceramente no me fije de quién es, ni cómo se llama, qué fracaso de humanista soy, sé que debí de haber prestado más atención, pero ni modo, decidí seguir caminando mientras escuchaba música por los auriculares, cuando por fin me acerco al inicio de “La liber” me percaté de un círculo de personas, obvio rodeaban a alguien, llamaron mi atención, no sé si por morbo o por qué, digo no es común que varias decenas de individuos se aglomeren en cierto espacio tan pequeño.

Para mí no sorpresa estaban observando a un grupo norteño, con guitarra, acordeón y todo el kit necesario para tocar cierto estilo de canciones propias de la región, me quité los audífonos y duré parada unos cuantos minutos para observar. Unos grababan el acto, otros pasaban y dejaban algunas monedas, incluso a algunos se les percibía las ganas de bailar pero la vergüenza podía más en sus pies. Me di cuenta de que el cantante en cuestión no era integrante de la agrupación, ¿qué como lo supe? Sencillo, era el único que no traía el mismo vestuario y se notaba que estaba ligeramente ebrio, cantaba con una pasión que parecía no darse cuenta de lo desafino que lo hacía.

Deje el lugar y seguí caminando, luego más adelante vi uno de esos chicos que se pintan TODOOOS de gris y actúan como si fueran robotcitos cuando lanzan una moneda a su recolector, ¿happenigs tal vez? Varios niños lo veían asombrados, uno temeroso se acercó a tocarlo y al momento de hacerlo el joven se movió, el pequeño corrió a las piernas de su madre con una mezcla de alegría y miedo que se dibujaba en su sonrisa.

Seguí caminando hacía mi destino y pensé en los tres eventos que recién presencié: la exposición de esculturas, el grupo norteño y el chico metálico robot. Llegué a la conclusión de que es necesario que salga más seguido a recorrer la ciudad. Durante meses sino es que años, por aquello de la carrera, me quejé que en la ciudad de Chihuahua no hay “cultura”, que no hay eventos a los cuales asistir, porque cometí la estupidez de compararlo con la ciudad de México. Qué tontería tan enorme ¿Cómo oso comparar al monstruo de edificios con un rancho grandote?

Recuerdo el año pasado cuando realicé el verano de investigación científica en la ciudad de México que, fácil, había cinco, como mínimo, eventos culturales a los cuales asistir; claro, que mi flojera y/o el miedo a la soledad impidieran que asistiera todos los días a dichos eventos es una cosa muy distinta. Y aquí, bueno aquí tienes que buscarlos hasta por debajo de las piedras para darte cuenta qué ofrecen los artistas locales. Puedo jactarme que el Festival Internacional que organizan cada año va mejorando y la Feria de Libro deja algo que desear (de nueva vuelta caigo en el error de compararla con la FIL) pero de a poco a poco nos vamos forjando.

En fin, todo esto viene sólo a concluir a marchas forzadas, que la ciudad está creciendo y ofrece los eventos culturales que la gente necesita más no los que se merecen, porque sé que se merecen más, mucho más. Ahí se quedan afuera las verdaderas obras de teatro, las muestras de danza folclórica o de cualquier otro tipo de baile, lecturas en atril, conciertos, etc. Sé que Chihuahua cuenta con maravillosos artistas, los conozco, he convivido con ellos, pero no sé qué pasa con nosotros que preferimos algo “famoso” que producto nato de la región, tal vez va dentro del “Chihuahua es un público muy difícil”, tan difícil que no sabemos a ciencia cierta lo que necesitamos realmente.


Hace unos viernes leí una columna del LLE. Víctor Velo (acá la columna) donde con muy buena narración y a modo de diálogo expresa qué pasaría si no existieran los artistas en la ciudad, sentí que fue una especie de Fahrenheit 451. Es increíble como pensamos que el arte no es necesario en nuestras vidas cuando en realidad convivimos con él de una manera tan formidable que no nos percatamos cuando realmente lo hacemos.