Es extraño como anocheces en una ciudad, un estado y amaneces en otro. Amaneces en el que debe de ser tu hogar. Hoy no me siento en él. Siento que mi corazón ya no esta aquí, lo peor es que no sé dónde está. Tal vez se quedó allá, tal vez se lo quedó Kenia, Carlos, Karla, Ángel, Eloísa, Kissifur y Piñata. O tal vez ya no existe. Tal vez ya no quiere existir.
No me siento en casa, me siento extraña, me siento ajena, me siento como si no perteneciera a ningún lado.
No me siento en casa, me siento extraña, me siento ajena, me siento como si no perteneciera a ningún lado.
Mi madre me extrañó, me abrazó y sonreía con gran gozo, yo le sonreía de la misma manera, pero no con el mismo entusiasmo. Sinceramente no quería regresar, pero tampoco puedo volver.
Hoy, en este día, no tengo corazón.
1 comentario:
Entiendo el sentimiento de extrañeza. No somos de aquí, pero tampoco de allá.
Tranquila, bien dice que es feliz quien se adapta rápidamente al mundo.
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