domingo, 27 de enero de 2013

Carta a José


Muy estimado mío, es un grato placer para mí poder escribirle éstas letras desde la comodidad de mi hogar, aunque he de confesar que me gustaría aún más poderle mostrar mis sentimientos y deseos fervorosos estando a su lado, sin embargo el destino o los dioses mismos me impiden poder hacerlo desde el mismo lugar en el que vive.

He de confesar que batallé un poco para poder aquietar mis sentimientos y pensamientos al momento de darme a la tarea de escribir. Sin embargo, antes de comenzar de lleno con lo que el corazón me dicta, tengo la esperanza de que su familia, en especial su padre y hermana pequeña de la que sé a través de lo que me cuenta, se encuentren, si no de maravilla, por lo menos bastante bien; de igual forma apelo para que su sonrisa no desaparezca de ese rostro que me gusta tanto.

El día de hoy es un día sumamente especial, no sólo para usted que cumple ya un año más de vida, en el cual se ha forjado de muchas experiencias tanto gozosas como dolorosas, sé que el año pasado fue de duda ante su propia existencia, sé que también tuvo algunos infortunios y que su trabajo no es el más agraciado de todos, de igual forma ha conocido a personas que han complementado su vida así como otras que se han alejado por no saber apreciar y comprender a un ser único en su especie como es usted.

Mis más sinceras felicitaciones y deseos para que no sólo éste día, sino todos los que están por venir, se sienta el total protagonista a través de sus acciones, sus palabras, su caminar, el tono de su voz, su pensamiento e incluso hasta la manera tan peculiar en la que despierta su cara a través de sus gestos.

En verdad quisiera el día de hoy poder estar a su lado, cocinar un pastel del sabor de su preferencia, invitarlo a comer o simplemente caminar por su ciudad tan grande para sentirnos y reconocer la pequeñez de nuestros seres (en este momento hago una pausa por el acelerar de mi corazón al pensar en la posibilidad o en el simple sueño de que eso algún día pueda suceder.)

Sin embargo, y ante mi tristeza enorme, no puede ser así, por lo que espero que pronto esté en camino el regalo que con tanto cuidado elegí para usted, aunque después de dar el precio justo por él hubo un detalle que no me agradó de todo, ya cuando lo vea sabrá el por qué (incluso ya lo podría sospechar por la pregunta que le hice en días anteriores), no obstante apelo al niño interior que siempre está a la espera de que usted lo llame para que se sienta feliz del pequeño detalle que le otorgo a su persona, con la ilusión de que cada día que lo vea me recuerde aunque sea un poco y así se le dibuje esa sonrisa que tanto añoro. También es un día especial para mí, aunque no tenga mucho que ver, ya que me siento completamente feliz de poder compartir esta fecha con alguien tan especial que se ha vuelto esencial e importante en mi existir. 

Quisiera que supiera lo que en verdad siento, los recuerdos que me recurren a la mente con una frecuencia que a veces me asusta, las sonrisas y risas que nacen cuando precisamente pienso en usted, he de confesar que incluso es el último en el que pienso antes de dormir y ansío el tiempo en el que pueda darme la oportunidad de, al menos si no visitarlo, poder trasladarme para poder concluir mis estudios allá, sé que tal vez no me crea, o incluso piense que es sólo un artificio todo lo que en esta carta se está diciendo, pero con el corazón en mis labios, manos, ojos, le aseguro que es verdad, es verdad que me siento feliz de tenerlo en mi vida, es verdad que lo quiero de una forma tan extrañamente pura que, probablemente, nadie lo había querido como yo y sí es así, dudo mucho que de la misma forma ya que todos somos distintos y creo que si nos remitimos a las pruebas que he otorgado a lo largo de estos meses de conocernos puedo demostrar, que en efecto, no soy como todos los demás y me siento orgullosa de ello.

Me gusta quererlo, me gusta escuchar su voz, me gusta que hoy cumpla años, me gusta porque eso significa que ha pasado por un sinfín de experiencias que lo han hecho más sabio, que le han dado armas para seguir adelante en esta aventura que llamamos vida, es tan increíble como con tan sólo existir hace tantas maravillas.

Disculpe usted si esto comienza a parecer un tanto redundante, pero es que quiero que le quede bien claro lo que significa en mi vida, y reiterando, sobre todo en esta fecha tan única como lo es usted, lo quiero, lo adoro y me lleno de brillitos en las ojos como el cielo estrellado al saberme en su vida, sentir la ilusión de que pueda tocar fibras de su ser al demostrarle a través de este insulso medio lo que logra en mí.

Un año más de usted, un año más que le da la oportunidad de ser un mejor hombre del que 22 años han forjado a alguien tan veraz, versátil, tierno, crítico, analítico, soñador, romántico, apasionado cuando se propone hacer algo, responsable aún y cuando no le agrade la labor que debe realizar diariamente, es un pequeño niño que está a la espera de que alguien lo abrace y le haga saber que todo está bien.

Sé que estas palabras tal vez no hagan mucho, tal vez no signifiquen tanto, tal vez no sean un verdadero regalo, pero no sé qué más hacer, no sé cómo demostrarle que este día es único, que este día me llena de alegría, que este día es en el que usted nació para marcar la vida de tantos que han pasado por su camino y tantos que estarán por pasar, no pierda la esperanza, no se pierda; a menos de que sea dentro de sí mismo para encontrarse como es en realidad, para saludar a su niño que siempre está con usted, invítelo a pasear, regálele una paleta, llévelo a una resbaladilla, paséelo en un columpio, haga lo que tenga que hacer para recordarse y volver a creer en la magia que significan los cumpleaños.

Para mí ya es mágico y de una manera tan real que me da gusto poder compartirlo por primera vez con usted, le deseo mucha paz, muchos sueños, muchas alegrías, muchas tristezas, muchos problemas, muchas soluciones, mucha vida, aunque no le guste su día, aunque no siempre obtiene lo que quiere, pero fíjese en los detalles que le rodean, mire a su alrededor, el cielo, la flor, la nube, la sonrisa del desconocido, el sonido de la ciudad, en lo burdo y cotidiano, hágalo excelso, soberbio; es su decisión, siempre lo será.

Así que sonría, usted será un mejor hombre ahora, tiene 365 días para crecer, fortalecerse y hacerse ver que aunque la fecha, según usted, no es del todo favorable, para muchos de nosotros es una alegría y un alivio que exista, muchas felicidades, muchas felicidades por su cumpleaños.

Le dejo una cajita para que guarde mis te quieros, mis abrazos, mis te adoro. Recuerde que se quedó con un pedacito de mi corazón para que recurra a él siempre que se sienta solo. Y ahora no me queda más que despedirme, festeje, festéjese por mí.

Pd: Extraño su voz, la extraño como la insistencia de los girasoles de buscar al sol por la mañana.


Besos, siempre suya: Beth.

jueves, 24 de enero de 2013

Los que amamos en exceso

Por: C. S. S.

Los que amamos en exceso
corremos el riesgo
de parecer locos
sordos
y/o ciegos
y quedarnos solos.

Los que amamos en exceso
somos paradójicos.

Dicen que misteriosos.

Yo diría que claros.
No andamos con rodeos,
el tiempo es corto
y decimos: te amo.

Pronto.

Porque sin amor
los que amamos en exceso
no sobrevivimos.

Se nos hunde el barco
si nos dejan.
Se nos quema el alma
por unos labios.

Hacemos un poema
y lloramos.
Pero también reímos.
Y reímos llorando.
Y lloramos riendo.

Se confunden
con los que amamos en exceso.
Se asustan los serios
y se ríen los relajientos

Los que amamos en exceso
Decimos:
―hágase el amor.
Y se hace el amor que llevamos dentro.

Los que amamos en exceso
podemos parecer sabios.
O tontos.
Pero no somos: ni lo uno,
ni lo otro.

Sino todo lo contrario.

Nadie entiende
por qué no mentimos.
Nadie se enteraría si mintiéramos.

Perdemos diciendo.
Y ganamos perdiendo.

Los que amamos en exceso
agarramos defensas
de los microbios
de los que no nos aman.
De quienes nos desprecian
y de los que nos levantan falsos
y parece que nos matan
a los que amamos en exceso.

Pero nos inmunizan
y nos hacen más fuertes
a los que amamos en exceso.

Nos dan un premio
por amar en exceso:
nos dan un beso.

Y luego se alejan.

Pero nos inmortalizan.
Porque al final
todos quieren ese beso.

Los que amamos en exceso
no solo tenemos un premio
por amar en exceso
también un castigo:

Volver a enamorarnos.

martes, 8 de enero de 2013

De como a veces sicareamos pero no le ponemos título a nuestro jueguito

Hoy sicaree con el señor Iván, la verdad nos quedó bien bonito. No tiene título, no tiene corrección de estilo, está fresquecito, así como el surrealismo.

Este es nuestro panorama: una casa medio destruida por el tiempo, la fachada se está cayendo a pedazos; un perro amarrado del cuello y refugiado en su pequeña casa de madera en el patio cuyo césped amarillento es casi inexistente, dos ventanas en cada extremo de la casa, hay una planta alta donde solo hay una ventana. Desde aquella ventana alguien se asoma y nos vigila, sabe que nos acercamos, sabe que la miramos. Nuestros pasos se alentan, es como si aquella mirada triste y cansada pesara demasiado sobre nuestros hombros. Es una mujer mayor. Aquí ha pasado algo. Hemos construido un escenario. Hace frío y lo sentimos hasta lo huesos.
No la perdemos de vista y aunque nuestros pies se hacen cada vez más pesados es necesario llegar hasta ella, es como si una fuerza extraña nos atrajera y repeliera al mismo tiempo. Miramos a nuestro rededor y una sepia nos absorbe, la anciana sigue mirando por la ventana, se puede percibir que está esperándonos, quiere hablar, quiere dejar de sentirse de tierra seca.
No es un juego de nuestras mentes, con cada paso que vamos dando hacia la casa el mundo se vuelve monocromático, el color sepia nos invade lentamente. Las hojas de los árboles se balancean en un vaivén lentísimo. Pareciese todo un recuerdo o una epifanía, una extraña quimera. El perro nos mira con una mirada desafiante, no hace nada por evitar nuestra visita, mira nada más y se dedica a vigilar. Saca la lengua y se la pasa por todo el hocico. El perro antes blanco con una mancha negra sobre la frente se ha vuelto sepia. Es obvio que no lo nota, para él el mundo sigue siendo igual: en blanco y negro. Abrimos la puerta, entramos sigilosamente.


Veo como mi compañero da el primer paso hacía las escaleras, siento el crujir de la madera bajo su pie, él sigue avanzando mientras observo la casa, sus ventanas, los muebles, todo está acomodado de forma que te sientas cómodo, aunque la verdad de las cosas es que tras el polvo y el desgaste del pasar de los años lo único que te pasa por la mente es salir de ahí.
Un ruido sordo llama mi atención tras mirar el lugar, mi compañero está a mitad de la escalera con un pedazo de pasamanos, a través de su sorpresa me doy cuenta de que estuvo a punto de caer, me apresuro para estar a su lado, algo me dice que no es bueno estar separados.
La casa por dentro es aún de colores, colores tristes y apagados. Hay un hedor a humedad y moho que baja por las escaleras y si dispersa por todos lados. El frío entra por la puerta abierta, no la cerramos, necesitamos que se mantenga una conexión con el mundo exterior. Respiro profundamente y pongo un pie en el primer escalón dudándolo por un momento. Sentimos el crujir de la madera vieja bajo nuestro peso. Al llegar a la planta alta vemos cuatro puertas a lo largo de un angosto pasillo. Abrimos la primera puerta, sabes que ahí dentro se encuentra la anciana. Nos asomamos y la vemos todavía postrada en el mismo lugar, mirando hacia afuera. Caminamos hacia ella. Nos asomamos por la ventana. El color sepia se va extendiendo a la lejanía.
La anciana se voltea lentamente, su piel parece de granito, su mirada vidriosa, eran poco los dientes que tenía ya; se notaba en su barbilla. Temía que si diera un paso se desmoronaría como cuando caminas por el desierto y pasas por un cúmulo de tierra.
Ella intentó hablar, la miramos con atención, pero nada se escuchó, ni siquiera un ligero gruñir o halo de aliento, bajó la mirada y en ese instante nos sentimos abatidos.
La ventana se abrió de golpe y aire caliente golpeó mis mejillas, sentía que sudaba pero no había alguna gota de líquido salado corriendo por mi sien, la anciana comenzó a caminar hacía el catre que se encontraba en la habitación.
Era extraño, hasta hace unos momentos el viento era tan frío que rasgaba la garganta. El calor en el aire nos envolvió rápidamente en una cobija invisible que nos arropó por un instante. Nos sentamos junto a la mujer, uno a cada lado, en aquel polvoso catre que rechinó bajo nuestro peso. La anciana sacó un maletín viejo que tenía bajo el catre. Las manos le temblaban. Levanté la vista y noté que con aquel viento cálido la habitación iba cambiando de color, pero no se volvía sepia como el resto del mundo sino que se volvía a blanco y negro, como las viejas películas. Recordé los filmes de Buñuel. La anciana me entregó el maletín, me dijo con voz aguardentosa que no lo abriera hasta que abandonáramos la habitación. Le agradecimos y la dejamos en aquel lugar. Mi compañero, cuyo nombre no conozco para ser sincero, estaba completamente nervioso, su cuerpo temblaba como si estuviera sufriendo un ataque epiléptico. La planta baja de la casa estaba a colores tristes. La puerta seguía abierta pero a través de ella el viento que se colaba era espantosamente frío. Salimos al mundo en sepia.
Caminamos un buen rato, mi compañero me miraba de soslayo a mí y al maletín, sabía que estaba ansioso por abrirlo, la verdad es que yo también tenía la curiosidad de saber qué es lo que había en su interior, sin embargo algo me decía que debíamos esperar un poco más.
El camino se hacía pesado y aunque a cada rato miraba hacía atrás, la casa parecía seguir a la misma distancia, me sentía en un loop infinito. Hasta que sentí como el maletín dejaba de estar en mis manos, mi compañero lo había tomado y de pronto la noche cayó, ya no más sepia, ni calor, ni frío. Era extraño, no había clima, no sentía algo en mi piel, la casa estaba lejos y las estrellas eran pocas en el firmamento.
Sabía que debíamos de abrir el maletín, pero mi miedo me detenía.
La noche que nos absorbió no tenía estrellas. El mundo monocromático nos rodeaba en todas direcciones. Las luces del alumbrado publico eran de un blanco intenso, eran el sustituto de las estrellas. Había gente que salía de todas direcciones, no estaban esperando. Aquella había sido nuestra encomendada misión, nadie más quiso hacerlo, le tenían miedo al sepia y sucumbir ante la nostalgia. Mi compañero y yo tomamos el maletín al mismo tiempo y cada uno jaló hacia su dirección. Un espectro de luz abandonó el interior. Los colores eran maravillosos, todos caímos de rodillas ante tanta belleza, teníamos miedo de lo que podíamos encontrar. El miedo se ha ido y ha quedado una sensación de paz. El halo de luz subió hasta el cielo y se expandió por toda la bóveda celeste.
Sentía como un líquido caliente llegaba hasta mis labios, eran lágrimas, pequeñas y diminutas lágrimas de felicidad, ante tal descontrol que había sentido por la nostalgia que se había apoderado por esa osadía que nos habían encomendado.
Aunque todos estaban maravillados ante tal acontecimiento mi compañero no se veía tranquilo del todo, me acerqué a él para preguntarle que era lo que sucedía, cuando de pronto el maletín desapareció, volvimos a quedar a oscuras, era un negro pesado, el aire comenzaba a faltar, sentía como a mis pulmones les ejercían presión.
Las luces de la calle se fueron apagando poco a poco y con cada lámpara pública apaga se desvanecía uno de tantos recuerdos. Por un momento pesé que sólo me sucedía a mí pero era todos a quienes les pasaba algo similar.
A lo lejos veía como el espectro se expandía por el cielo y se movía en círculos.
Parecían desconcertados, desorientados, ninguno sabía qué hacer, miraban con anhelo a todas partes, algunos se preguntaban quiénes eran, otros lloraban por no saber qué hacer, una tristeza nos embargaba, era desesperante. Algunos comenzaron a correr, quería ir tras sus recuerdos, yo mismo quería ir, me sentía tan vacío. No obstante la misma oscuridad nos detenía, nos aprisionaba y escuchábamos una risa extraña, un castañear de dientes.
Aquella oscuridad era el olvido. Nos olvidábamos de nuestro pasado, de nosotros mismos. Y es que éramos un sueño de un niño, que ha despertado y nuestras vidas quedan puntos suspendidos. Aquella risa que escuchábamos a nuestro alrededor era el recuerdo de una pesadilla que no se podía olvidar. En cambio nosotros, nos desvanecemos poco a poco. El niño nos olvida, ya no sabemos qué sucede. La historia no puede terminar. Todo queda en oscuridad.




miércoles, 2 de enero de 2013

Ni Ulises viajó tanto en la Odisea como yo en este año

Sí, y no sólo lo digo en el plano terrestre, digo, inicié el año estando en Juárez, así que literal fue viajando, en enero del 2012 fui por primera vez a la ciudad de México durante una semana y media; por ahí de Marzo viajé a El Paso a un congreso de Literatura Mexicana en la UTEP; en el verano fui por segunda vez al DeeFe durante dos meses; a principios de Diciembre me fui a Guadalajara un fin de semana y bueno, finalmente, tal y como inicié el año, lo terminé en Juárez de nueva cuenta.

La verdad es que sí, viajé y mucho, bien lo presentí cuando iniciaba el 2012, que ese año estaría marcado por los viajes y me siento muy satisfecha por ello, no sólo porque conocí una ciudad e incluso viví en ella, sino porque a lo largo de esos viajes me fui conociendo más como persona.

Ciertamente soy de esas personas que hacen un recuento de los daños, por ahí debe de andar la del 2011 o 2010 agradeciendo a los seres mágicos que estuvieron en mi vida durante 365 días llenos de oportunidades para sonreír y para llorar.

He de presumir que esté año fue de enseñanza, pero muchísima, la verdad crecí más de lo que podría haber imaginado hace un año exactamente, me jodieron el corazón y varias veces, varias personas y sigo amando como si nunca hubiera sido lastimado, platicando con un amigo en nuestra felicitación de año nuevo, ambos llegamos a la conclusión de que el aprendizaje doloroso es el que más nos deja cosas así que, vaya que aprendimos los dos en este año y por la misma causa.

Aunque claro, no todo fue sólo tristeza, depresión, escombro y agonía. Encontré y me encontraron personas sumamente especiales que me llenaron de sonrisitas, sonrojos en las mejillas y brillos en los ojos, seguí conservando a otras más que me alimentan el alma y otras que se largaron a la vega. Sé que muchas veces por temor a equivocarnos no deseamos mencionarlos, pero la neta, me vale y sí los menciono y si me faltó escribir acerca de alguno, me disculpo de antemano.

Sergio Vilchis Quintero: Si duda fuiste un apoyo, una amistad, una risa, una alegría, un alivio, un curita para mí durante este año, te agradezco cada desvelada, cada carcajada que soltamos, por haber soportado mis noches, días, tardes de lágrimas, miedos, incertidumbres, por tu cariño, querer y amor tan puro que me has demostrado a través de tus letras, por mi Pikachú, aww es tan lindo verlo, dormir con él y saber que tengo a una personita para mí a cientos de km de distancia que me quiere tal y como soy, con mis defectos y mis virtudes, que siempre tiene palabras de aliento o tal vez no las tiene, pero ahí está, al pie del cañón con una sonrisa, con unos ojos que me llenan de felicidad, se me acaban las palabras, en verdad, se me acaban por no saber qué decirte ante todo lo que hiciste por mí este año. Gracias, gracias, gracias, te amoro con todo mi corazón, gracias por ser mi amigo, uno de los mejores.

Pichy: Mi Pichy, mi niña, mi princesita, mi hija adorada, mi gatitoa sirena, la verdad es que me puse muy triste al no poder conocerte cuando fui a Guadalajara, pero eso no quitará que soñemos con que viviremos juntas, eres una niña que tiene un don para que nazcan las sonrisas más sinceras, te metiste muy adentro de mi corazón y créeme que nadie te va a sacar de ahí, tú también fuiste un pilar muy importante en mi vida, me llenaste de tu amor, de tu ternura, tú junto con Serch ayudaron a que me amara como soy, que me aceptara y me diera cuenta de lo bella que soy, eres una persona tan fuerte, tan llena de fortaleza, que te admiro totalmente, no puedo creer la templanza que has tenido para seguir adelante, y créeme que siempre estaré para a ti, cosita bella, a la hora que sea, porque me encantan los detalles, vivo de ellos y tú ya estás arraigada en mi corazón.

Danito: Ese vato loco que le patina el coco y también patina en Bellas Artes, te quiero mucho Dnl de Danone, gracias por permitirme conocerte, por esa tarde tan chida que vivimos, por hacerme ver que los tapatíos-chilangos son la onda, por dejarme ser como soy sin miedo a que me juzguen con platicas de todo tipo, por leerme y darme ánimos en mis tiempos de tristeza, por alegrarte por mi felicidad, esa es una verdadera amistad, neta que bendito sea el día en que nos enfermamos y se burlaban de nosotros por andar ronquitos jajaja, jamás olvidaré nuestras platicas por DeeMe que tuvimos, eres de esos seres mágicos que te topas con muchísima suerte, como un trébol de veinte mil hojas, este 2012 fuiste una parte esencial de mi vida y sé que dentro del 2013 así lo será y por muchos años más, prometo ir de nuevo al DeeFe, hay una figurita de Marvel que espera por mí. Te amito con besitos gay :3

Patrus: Asté es mi patrus chongona, me llena de vida, me llena de alegría, es mis ojos, mis majaderías. Verso sin esfuerzo jajaja óquela. Híjolas, a verla conocido este año fue algo que me llenó bien cabrón, así, con majaderías y todo el kit, porque asté me entiende, porque asté me las enseñó y las majaderías también, óquela. Es así como que mi mejor amiga en el mundo mundial, es lo máximo, la alegría, la tristeza, la decepción, las series, los gustos, los chingazos, todo, todo, todo. La amo, la amo al infinito y más allá. Por estar siempre, por amarme, besarme y querer todo conmigo perosinserlesbianas.

May: Esa May, neta que serás mi morrita por siempre, y estaré muy agradecida toda la vida por todo el apoyo que me diste en ese viaje fatídico al DeeFe, neta tenemos tanto en común, eres como una especie de hermana a la que le puedo confiar todo y no me da pena en decir mis tonterías, ese viaje a UTEP marcó la diferencia, cada sonrisa, cada mensaje, si sabes a lo que me refiero ¿no? porque pues es bien sencillo ¿no? hablar sobre ese tipo de cosas ¿no? ok ya. Jajaja pero sí, aprecio infinitamente todo lo que hiciste por mí, los consejos, los golpes, las risas, la amistad, el cariño, la alegría, eres como un ángel que está siempre conmigo aunque no estemos juntas del todo. Te amo bien cabrón, pinshe lesbiana enamora Mennys.

Limón: Mi mamá, mi mamá bonita, gracias por cuidarme, mimarme, darme ánimos, consejos, alegrías, Barney, Walmart de Quevedo, quesadillas con aguacate, Jaguar, Pulques, todo, todo, todo, absolutamente todo lo que vivimos durante este año, sin ti y sin Richy no sé qué hubiera sido de mí durante esos dos meses tan pinshes horribles que vivimos en el DeeFe cada quién a su manera, fuiste la luz verde durante todo el camino que me lleno de sonrisitas para seguir adelante. Te quiero mucho mucho, mamá.

Richy: Uff ufff uff quién iba a pensar que alguien tan osom como tú pudiera ser amigo de alguien como yo, híjolas, Richy, no sé ni cómo agradecerte, fuiste una de las sorpresas más enormes de este año, aún a sabiendas de todo lo que vivimos si tuviera que volver a ese viaje veinte veces, veinte veces la vivía con tal de poder conocerte y volverme tu amiga, eres de esos valedores que te dan lecciones para toda la vida en cuestión de segundos y te admiro muchísimo, tu sencillez, tu inteligencia, tu gracia, tu risa, tu humor, todo. Gracias por hacer de ese viaje del mal algo más llevadero, aceptable, yu ar mi ticher, y te hablo en ingléis pa' que me entiendas. Y esta pelea se la dedico al Papa, al Papa, a Papaaaaaaa.

Dals: Esta morrita tan rara en la vida como la quiero, neta estás bien loca, morra, pero aún con todo lo que te ondeas te quiero tanto en mi vida que siempre estaré dispuesta a que dejes de ondearte para seguir charlando de tus amores, los míos, de que no tomo, de que me quieres emborrachar, en fin, de todo. Neta que qué locura lo que vivimos en la escuela qué bonito poder haber terminado ese desmadre de sociedad, m presidenta, qué bonitos los eventos, las jodidas, el cansancio, todo todo todo. Te quiero mucho, mucho, muchote; tú y el macaco de Tony es lo más genial que me ha dejado la carrera, amigos pa' toda la vida.

Macaco: Sí, Tony, tú,eres un macaco de lo peor, que me trata mal, pero que en el fondo sabemos que me amas con locura y con pasión, gracias por todo, por los consejos, por los raits, por las platicas, por estar ahí cuando te necesite y cuando no también, estás bien loco, vato. Y así te quiero, mandril del demonio.

Marcos: Ay, híjole, la verdad es que como le dije, se convirtió en mi persona favorita de este año, es tan aburrido, amargado, peleonero, grosero, ok no jaja, bueno usted sabe todo lo que es, todo lo que no es, y me gusta mucho platicar con usted, todo el día, todos los días, aunque a veces digamos puras tonterías, o sólo nos la pasemos discutiendo o de pronto se ponga filosófico o político o intenso o todo lo que charlamos día con día. Me ayudó mucho, como no tiene una idea, me ayudó un buen en este año y eso quiero agradecérselo. Y aunque no se lo digo, pero lo quiero y sé que lo sabe :3

Ni: Ni de mi vida y de mi corazón, híjolas, híjolas, te quiero muchísimo, siempre estuviste al pie del cañón, preocupándote de mí, jamás olvidaré y dejaré de estar agradecida por todo el pendiente que tuviste de mí cuando estaba en el DeeFe, como te esforzabas por hacer que mi corazón se sintiera cómodo y mejor después de todo lo que pasé, gracias, niña bonita, gracias por ser mi Tomoyo, por estar siempre SIEMPRE siempre, eres una amiga que no cualquiera tiene, eres una amiga que tendré para toda la vida y sabes muy bien que también estaré para ti, ever. Cada día, gracias, en verdad, porque somos tan parecidas, queremos tanto, lloramos tanto, ayudamos tanto, somos tan buenas tanto jajaja. Gracias, en verdad, muchas gracias. Quisiera poder inventar una mejor palabra que esa, pero no soy tan mashín aún jajaja. Te quiero muchísimo.

Oscar: Eres una metáfora, un ser, un lápiz, un ingenio, un lleno de corazón que me tranquiliza siempre, si me volviera desierto sería agradable a los hombre sólo por ti, me ayudas tanto, me sorprendes, eres una persona. Mi persona, y le amo de aquí al termino de un lunes, es no sé, la verdad me quedo sin palabras, porque es tan único, que sólo puedo agradecerle por hacerme saber que soy un fantasma de tinta azul. 

Arrocito: Ay, mi arrocito, mi zorrito, mi escritora favorita, qué fortuna tengo de que sea mi amiga, mi matera, mi cajita, mi bombilla, mi one-shot son un de los tesoros que guardo con tanto amor, tanto recelo, no dejo que nadie los toque, porque ahí estamos las dos, eres única, gracias por llenar de lágrimas de alegría, tristeza, enojo, sorpresa, mis ojitos, porque llenar mi corazón de letras cálidas que me llena de magia e ilusión. Eres un tesoro, mi tesoro, mi amiga, mi escritora, eres un motivo por el cual esta vida, no vale la pena, vale la alegría de seguir. Gracias, gracias, gracias.

Mi Lelouch: Mi sobrina favorita, qué puedo decir de ti, me llenas, me dejar aprender de ti, me sorprendes, me ayudas, me escribes, me sanas, nos sanamos. Eres una alondra que amaré por siempre, no importa que platiquemos poco, mucho, nada, todo, eres, vives y estás en mi vida y corazón por siempre. Me cuidaste cuando nadie más lo hizo, me llenaste de alegría cuando nadie más lo hizo, y eso no cualquiera. Gracias, pequeña, gracias por cantar y volar con tanta libertad que me llena de gozo saber que tengo alguien tan espectacular en mi vida.

Joss: Mi heramana, en verdad que lo sos, siempre recordaré ese día en el que llegue chillando, irreconocible a tu casa y me abriste, no sólo las puertas de ella, sino tu corazón, me apoyaste, me escuchaste, aguantaste mis lágrimas, mi enojo, mi decepción, mi frustración, me hallaste en mi estado más débil, quebrada, rota, sin ganas de seguir y me ayudaste a caminar, pegaste mis alas, me llenaste de cariño y eso, eso siempre lo llevaré en mi corazón. Te quiero, mucho, muchísimo, Ciruelita.

Carlos: Bueno, tú sabes, tú bien sabes lo que significas para mí, eres tan especial, tan lleno de cosas buenas aunque no te dejas, aunque seas tan difícil, tan complicado, eres un pequeño niño que necesita mucho amor, mucho cariño, muchos abrazos, mucho de lo que tu corazón está ansioso, necesitar sanarte, dejar de temer, dejar tantas cosas que te hacen daño, pero bien sabes qué tiene que pasar para que así sea. Aquí estaré, siempre, siempre que se me permite estarlo, te lo repito y lo repetiré siempre: no soy como todos. Gracias por esos días tan especiales, la verdad es que puedo confesar que los recuerdo a menudo, y por a menudo me refiero a casi todos los días. Tienes algo mágico que, tras todo ese halo de misterio y de defensa, hacen que me llene de ternura, así como cuando estabas dormido. Te quiero, te quiero mucho.

Y bueno, sé que hay más personas: Lily, Blanche, Palomis, Pony, mis tomates adorados, Sam, Tumeca, Memo, Jorchito, Jorge, Joaquín, la maestra Solorio, Raúl, Rulo, Carlitos, Limas, Zully, Dalia, Zurdo, Sara, Daniela, Víctor, Iván, Juan Pablo, Karen, Daniel, Daniela, familia de teatro, del trabajo, de la escuela, mi familia misma, mi madre, ay mi mami tan bella que me llena, que me motiva, que me ama, Marco, Cachun, y otros más, que ahora sí no los recuerdo del todo, me ayudaron, me quisieron, me apoyaron e hicieron del 2012 algo fantástico, único, especial.

Hubo cosas buenas, hubo otras malas, hubo peores, hubo jodidas. El punto es que hubo vida, bien vivida, como se debe de vivir, así que 2013 eres más que bienvenido, no te tengo miedo, porque sé que de la mano de todos ellos y de los que están por venir, serás totalmente superable, espero aprendizaje, espero más dolor, espero más alegría, espero más enseñanza que me haga sentir que vale la felicidad todo lo que sucede en el mundo.

Gracias por leer hasta aquí, tú sabes quién eres.

Pd: Disculpen las faltar ortográficas o gramaticales, aquí me doy el lujo de escribir como se me da en gana, pues porque es mi blog y puedo hacer lo que sea.

Pd2: Lo ven, Ulises me la pinshes peló.

Besitos con babita. Los amo.