sábado, 10 de mayo de 2014

Cayita

Hoy, una niña celebrará por primera vez el día de la madre sin su mamá. Hoy esa niña se siente con un vacío muy grande, lo sé, lo veo en sus ojos. Hoy esa niña está sufriendo pero no lo exterioriza porque no quiere molestar a los demás. Esa niña jamás pensó que le haría tanta falta su mamá, no como le está haciendo falta ahora.

Llora, llora porque su mamá ya no está, porque aunque los recuerdos te hacen sentir un calorcito de su presencia, también te hace sentir una brisa de frío por saber que ya no 
volverá a ver nunca más, nunca más sonriendo.

Esa niña es mi mamá y quisiera curarle el dolor que siente por mi abuelita.

Yo también te extraño, viejita, también sufro porque no estás. Hace tres meses que te fuiste, hace tres meses que ya no me dices mi muchachita y no sé por qué elegí este día para poder escribirte.

¿Sabes? Es obvio que todos sabíamos que este día pasaría, que algún día ya no podría verte más, pero no quería que fuera tan pronto, quería que llegaras a los 100 años, quería que me vieras casada, que vieras a mis hijos, que siguieras dándome palmaditas, que me dieras tu bendición cada noche, cada que voy al trabajo, cada que voy a la escuela y ya no, ya no escucho tus dulces palabras.

Quisiera que estuvieras aquí, que le dijeras a mi mamá que no se preocupara, que le curaras su corazón porque yo no puedo, no puedo hacerlo, aunque la abrazo, aunque la mimo, aunque le doy todo mi amor, no puedo hacerlo, no soy tú, viejita, no soy tú para sanarla como una mamá sabe hacerlo.

Sé que ya no sufres de tus piernas, que estás sonriendo, que estás cuidando a tus hijos, nietos, bisnetos, tataranietos y tatataranietos; que ya estás con tu viejito y mi tío Rafa y que nos amas y nos amas mucho.

Yo te amo y te extraño tanto, extraño darte de comer, hacerte compañía, cambiarte de pañal porque eras mi bebé de 93 años; ahora a mí me tocaba cuidarte como tú me cuidaste de pequeña.

Y estoy tranquila, mucho, porque sé que te dije muchas veces que te amo, y te lo demostré, pero quisiera tanto tenerte aquí, abrazarte de nuevo, y que abrazaras a mi mamá.

Porque tu niña la más chiquita tiene muy quebrado su corazoncito y te necesita. Ayúdame, Cayita, ayúdame a ayudar a tu niña, ayúdame porque yo ya no sé qué hacer. Porque yo sí tengo una mami que me ayude cuando mi corazón está triste, pero ella ya no.

Y yo la amo, la amo muchísima, ella es el amor de mi vida, ella es mi todo y ella ya no te tiene.


Cayita, te amo y te extraño mucho.