martes, 30 de octubre de 2012

Haz Patria

Uno de los pocos días que no viví como un escombro, sin drama y sin llanto en el DeeFe fue el día después de ir a Teotihuacan, luego de un día desgastante emocionalmente y físicamente, tomando en cuenta mi rodilla lastimada y mi obvia obesidad que no me permite tener condición física, por fin pude dormir y silenciar el dolor que me aquejaba el alma. Luego de despertar, de ver vídeos bastante graciosos, Richy, Rulo Barrera, Limón y yo decidimos emprender una nueva aventura llamada: regresar a casa para dormir y descansar realmente.

Antes de poder emprenderla decidimos ir a desayunar, con poco dinero en nuestros bolsillos, unas ojeras que ni los mapaches nos podrían superar, un dolor de piernas que ni el Pípila hubiera soportado después de subir ambas Pirámides, del Sol y la Luna, con su bloque de piedra, comenzamos a caminar hacía la estación del metro que era Politécnico y dado que en verdad moríamos de hambre les comenté que sabía de un pequeño restaurante en el que sirven comida corrida, rica, buena y sobre todo barata, nos dirigimos al lugar mencionado que está en seguida de la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco.

Llegamos casi arrastras, con las energías agotadas y los sueños destrozados (cabe mencionar que para llegar a dicho lugar debimos de pasar por una horda de otakus y frikis que estaban a punto de ingresar a una convención de anime y manga y fue bastante raro ~ y para que yo lo diga es que en verdad fue raro). Por fin pudimos comer los sagrados alimentos, luego de que nuestra barrita de vida subiera unas cuantas rayas verdes pensé que por fin nos regresaríamos a casa luego de cumplir 36 horas sin llegar a ella, pero no, no lo hicimos.

Caminamos alrededor de la plaza, vimos el edificio Chihuahua, qué raro que sea Chihuahua el lugar de donde se desliguen tantos problemas, y les tomé una foto a Richy y a Rulo Barrera "Políticamente incorrecta" según palabras del primero, aquí la muestra de ella:
Foto políticamente incorrecta.

Luego de eso, decidimos a ir a indagar por donde se ven los árboles que están en medio de los dos edificios, sí obvio, hablo de la foto, caminamos un buen rato hasta que nuestros pies exigieron descanso así que nos dispusimos a encontrar un lugar donde realizar dicho acto de nobleza, pero no, no había ni una maldita banca o césped decente donde descansar, hasta que hartos de la búsqueda nos sentamos en unas bardas cerca de los edificios habitacionales, Limón se acostó y se recargó en las piernas de Rulo (he de decir que la muchachona se quedó dormida como por 20 minutos), yo sólo me senté mientras masajeaba mi rodilla y Richy se acostó y se quejó de un dolor latente en sus costillas y espalda por el cansancio.

Pasaron unos cuantos segundos de descanso cuando la platica no se hizo esperar, es que en verdad he de presumir que tengo amigos bastante amenos y delirantes, hablamos del cansancio, le mentamos la madre a uno que otro personaje político, salieron a relucir las mascotas de cada uno y de pronto y de la nada: Richy se levantó y abrazó un árbol.

El momento en el que el árbol le trasmitía sus  superpoderes al Hombre que viaja en el tiempo.

Sí, abrazó un árbol y Rulo y yo comenzamos a reír, Richy nos dijo de "los superpoderes que tienen los árboles al pasar la buena vibra cuando alguien anda muy jodido." (cita casi textual del hombre que viaja en el tiempo, es decir Richy, y digo casi textual porque hace unos meses que pasó) Y mágicamente dejó de tener dolor en la espalda, o eso nos hizo creer, aún no lo descubro, porque abrazó a un árbol. Sigo sin intentarlo, algún día lo haré, Richy es de esos valedores sabios que te dan muchas lecciones de vida en cuestión de segundos.

Y bueno toda esta explicación es simplemente para decir esto: Haz patria y abraza a un árbol, no importa que el tronco se encuentre torcido, no importa si hubo momentos en que las raíces intentaron o pensaron alejarse de la tierra que les da vida, no importa. Porque el día en el que por fin vea a mi árbol favorito en el mundo, haré toda la patria que sea posible, lo abrazaré y sé que ese árbol, también lo hará.


miércoles, 3 de octubre de 2012

Sueños


¡Vaya! hace cinco años que recién salía del CBTis, que tomaba la decisión más grande de mi vida sobre qué es lo que haría, a qué me dedicaría, mis sueños se inclinaban hacía ser docente, enseñar a las nuevas generaciones el español que tanto me gusta. Me sentía feliz de saber que cumplía con los requisitos para poder sacar ficha en la Normal del Estado, me preparé pero, lamentablemente, no quedé dentro de dicha escuela, palancas no tenía así que lo que restaba del año se convertía en una desesperación.

Para no perder el año completo de estudios mi madre me incentivó a que estudiara por mientras en la UACH, sabía de la existencia de la carrera de Filosofía y dado que siempre me inclinaba hacía las humanidades pensé que sería una buena opción; no sabía de la existencia de Letras Españolas. Luego de entrar a la página de la facultad me di cuenta de su existencia, se enfoca a la literatura, a la enseñanza de ella, el español es la base, y lo principal, para ese entonces: ¡NO TENÍA MATEMÁTICAS!

Le informé a mi mami sobre ella y decidí sacar la ficha, hice el examen el primero de diciembre, era sábado, ese día conocí a Ale, ambas habíamos salido del CBTis e íbamos hacía la misma carrera, terminé el examen muy nerviosa y salí con la esperanza de quedarme. Después de un tiempo, en la noche mientras hablaba con Luis, en aquel entonces mi novio, me marcó al celular Blanche felicitándome por haberme quedado en la licenciatura, no lo podía creer, me solté llorando de emoción e inmediatamente encendí la computadora para corroborar lo dicho, en efecto fui la número 8 de como 23 personas, igual todos se quedaron pero eso no impidió que me sintiera sumamente feliz.

Un día antes de entrar a la escuela alisté los útiles, al ropa, todo, un nuevo viaje estaba por iniciar, jamás olvidaré ese día. No lo recuerdo con lujo de detalles pero recuerdo que me senté con Mario, la primera clase era la del Dr. Sotelo "modelos literarios grecolatinos". Quién iba a pensar que gracias a esa clase decidí quedarme en letras, me enamoró perdidamente y no decidí hacer otro intento en la normal. Poco a poco fui conociendo a mis compañeros, avanzando en las clases, encontrando amigos, afianzando conocimiento y aunque en un inicio me parecía un poco complicado ya que venía de un bachillerato tecnológico en el que la base, obviamente, era físico-matemático sin embargo no importó, seguí avanzando y cumpliendo el sueño.

Se presentaron viajes a la FIL, que sin duda cada uno de ellos fue maravilloso a su manera, el grupo fue madurando, dejamos de tener las peleas tontas y dejamos la sana competitividad para dar el paso sano a la formación profesional; rursus fue parte de nuestra vida. 

Y de pronto cuando menos lo esperaba se pasaron cuatro años y medio volando, el último semestre fue una especie de confusión, ya quería salir estaba cansada de estudiar pero por otra parte el miedo al futuro, al qué haré, no saber en qué trabajaría me carcomía los sentidos.

El 21 de septiembre se dio la cita para culminar socialmente mis estudios de la licenciatura, pensé que lloraría pero no lo hice. Y ahora 3 de octubre se dio por fin el cumplimiento de uno de mis sueños más grandes en la vida, hoy, hoy, por fin hoy, me titulé. Así es, ya soy la Lic. Elizabeth Silva Sáenz, Licenciada en Letras Españolas y me vuelo, me vuelo muchísimo. El día de hoy lloré todo lo que no lloré en la graduación, me sentí tan querida por las personas que me acompañaron en este día tan especial, por las palabras dichas por mis sinodales, por mi familia, por mis amigos. La felicidad fue una, una que me llenó de tal forma que sólo las lágrimas podían expresar mi sentir.

Gracias a Dios por este logro, a mi padre que gracias a él y a ese accidente fatídico en el que me fracturé el tobillo leí mi primer libro a la edad de 10 años, Mujercitas de Louise May Alcott y el camino de libros aún no se acaba, a mi madre preciosa que sin ella no habría podido cumplir este sueño tan fántastico, a mis amigos que a lo largo de la lucha estuvieron conmigo para darme ánimos cuando lo necesitara pero sobre todo y más gracias a mí misma, sí. A mí misma porque sin duda todos ellos me complementaron pero fui yo la que escribió esos ensayos, asistí a esas clases y me apasione de tal forma que puedo decir orgullosa de que me merezco ese título, el título de ser Licenciada en Letras Españolas, me siento orgullosa de saber que la cultura será mi guía pero sobre todo y para siempre, la humanidad será mi destino.

¡FELICIDADES, LICENCIADA SILVA! Es usted una mujer maravillosa.