Siempre gusta lo peligroso, lo prohibido,
nadie quiere lo recto y bueno.
La hipocresía palpita de una manera
que la relega a lo inalcanzable.
Y cuando se dan cuenta
que lo que en realidad necesitaban
no era a la traición
de una mujer, regresan con pies ligeros y quemados hacía
aquella que desobedeció primero;
lamentablemente ya fue expulsada y sin un Adán
que la cobije.
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