sábado, 21 de septiembre de 2013

Ricardo

"Desde la lejana noche vengo a visitar unos ojos que me han expresado la idea de tenencia.
Con las alas de la ilusión renovada, arribo hasta esta ventana iluminada, que se abre para mí dejándome hablar con el hada que luce entusiasmada por mi llegada. Yo sólo quiero acariciarla antes de que llegue el alba.

Resulta que el alma necesita ser tocada también. Seducida con las voces que sólo los dedos saben hacer sonar: las letras. Que bien acomodadas y llenas de ritmo, no sólo aspiran a ser poemas, son palabras bellas que gozan de ser eternas. Éstas que provienen desde las noches más profundas del sentimiento, es donde el alma siente el aliento de la vida y la esperanza.

Voy llegando con las alas cansadas de tanto volar sobre la humanidad. Voy llegando hasta esta ventana, absorbiendo todo lo que he podido transformar.

Sé que no lanzo las palabras al viento con la vana ilusión de que lleguen hacia donde están destinadas. ¡No!Yo las traigo para entregarlas directamente. Compartirlas para que la tienten.

Y voy llegando hasta esta ventana para disfrutar el presente sin tener cuidado de otros tiempos. Unos todavía no llegan, pero no importa su arribo, porque no los espero, los voy viviendo. Los otros, ya se fueron… Ya no puedo más que pensarlos en recuerdos.

Es por esto que pese a mis alas cansadas de tanto volar entre el tiempo y sobre los hombres, decido descansar aquí en esta ventana, para retomar el vuelo sobre el mundo de la humanidad revestido de esperanza, llevándome sus ansias.

Que no se queden en ansias los ojos, no soy el único que la mantiene en ansias. Yo recuerdo cómo mis ojos leían asombro por tanta literatura que ha hecho suya.

Yo no sé qué es más triste: mantenerse en ansias por un personaje literario que siempre estará para nosotros: una y otra vez siempre que se le guarde de dejar de ser para perderse de la existencia o, ser un personaje que habita el tiempo mismo que el de vos y no poder leerlo siempre.

Yo sufro lo segundo con un personaje al que no he sabido leer todavía.

Por eso regreso para aprender de ella, para aprehenderla y llevarla conmigo siempre. Y dotarla de identidad bajo un nombre que suene sutil como el de Liz.

¿Aún se queda en ansias?"

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