Vivimos juntas |
Pichy:
¿Cómo han pasado los años? ¡Las
vueltas que da la vida! Vaya, en verdad no puedo creer que ya hayan pasado 365
días desde que cumpliste años la última vez, estoy 100% segura de que ya no
eres aquella niña de ese tiempo, por el contrario, mejoraste y para bien.
Como te dije en el mensaje
intenté marcarte todo el día, pero no sé por qué mi celular no me
permite realizar llamarte, quería escuchar tu voz, amar los detalles que me
otorgas con tanta delicadeza; eres mi hijoa, mi pandagatisirenoposa y no te
cambiaría por nada.
Has sanado heridas, escuchado
lágrimas, vivido sonrisas, peleado en barreras, saltado en guerras, has
navegado hasta un punto en el que no sabes si reír o llorar, pero lo que sí
sabes, y sabes muy bien, es que es necesario seguir luchando.
Cumpliste un año más, un año más
de ser una mujer formidablemente maravillosa, estás llena de metáforas que
forman un amor inquebrantable, eres tan fuerte que te admiro con una inocencia
de niña pequeña ante la proeza de sus progenitores.
Quisiera escribir tan bonito como
tú lo hiciste hace un año para mí, describirte a una perfección que ni Dalí
podría hacerlo en una de sus pinturas más afamadas; eres una explosión de
sabores, eres el helado que espero cada domingo, la caminata por la que charlo
sin temor a prejuicios, la estrella que miro casi todas las noches porque
aunque la regalaste para mí sé que eres tú.
He aprendido más de mí a través
de ti que de mí misma, he aprendido tanto de ti que a veces no creo ser la que
siempre está para los demás, o ser ese amor que dices que soy.
Nos complementamos de una manera
maravillosa, que esta vida no tendría aventuras de no saber qué estás conmigo;
vivimos juntas, vivimos juntas de una manera tan única que no puedo creer que
ya hayan pasado algunos meses, quisiera vivir junto contigo lo que resta de
vida y sé que será así, pero quiero que se repita en lo vivencial, mirar tu
sonrisa, tus ojos tan brillantes, tus manitas pequeñas y perfectas, tus
cachetes tan incitadores a ser acariciados aunque no te dejes, pero a mí sí me
permites hacerlo.
Sé que puedo bailar hasta que me
sangren los pies sólo si es contigo, sé que puedo llorar afuera de Bellas
Artes si tú vas a estar ahí para convertir mis lágrimas en risas livianas, sé
que puedo seguir en un camino de sombras porque serás mi luz que me ilumina
aunque esté cegada por la incertidumbre.
Sé muchas cosas, sé que te adoro,
que te amo, que agradezco al que creó al hombre por darme una de las
casualidades más grande de mi vida que eres tú, agradezco mi familia tuitera,
te agradezco a ti.
Eres la lluvia en mi desierto,
eres mi norteña que sobrevive entre chilangos, eres la prueba fehaciente de que
los sueños se cumplen, que los poemas se leen, que las flores buscan el sol y
de que la vida vale la alegría.
Feliz cumpleaños, pedacito de mi
amor, de mi corazón, de mí misma, felicidades, has obtenido un medalla más en
este sinsentido de existencia, has superado las pruebas que se te han
presentado y superarás muchas más porque aún falta mucho por correr; te deseo
más lágrimas, más enojos, más frustraciones porque la felicidad, alegría y amor
ya las tienes al alcanzo de un simple suspiro.
Te regalo lo que soy para que,
entre las dos, moldeemos una vida juntas que nos llene de magia, de sueños y de
metas por alcanzar.
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