Un 28 de julio del
2011, (ocho días después de este día tan importante) cierto tuitero me arrobó
comentando algo sobre Ella, la niña, luego otro tuitero me explicó que fue por
qué estaban hablando de gente “súper” y que por eso salí a relucir, luego el
primero tuitero me aclaró que fue por la razón de mi simple nombre en dicha red
social.
Ciertamente he de
confesar que este tuitero en cuestión me arrobaba, incluso me deseó feliz
cumpleaños pero yo seguía sin darle followback, qué tonta fui, ya que no me
agradaba mucho la manera en la que escribía, no es que sea grammar nazi, para
nada, pero no sé, a veces a uno se le da eso de la presunción por ser letroso y
le sale lo mamila, sin embargo con el paso del tiempo se fue ganando mi afecto
y decidí darle click a ese botón tan vistoso llamado follow.
Vuelvo a mencionar el
verbo ganar, porque sí, con sus replys, retuits y favs poco a poco se fue
ganando mi confianza, jamás olvidaré que me apoyó cuando Totori murió y me dio
palabras de aliento, después de varios meses entró a mi blog y lo leyó de
principio a fin ¡DE PRINCIPIO A FIN! no sé si tomarlo como un halago o como un
stalker de miedo jajaja ok no :P cuando
me dijo me dio mucha vergüenza, ya que precisamente, en ese lugar en el
ciberespacio, me doy el “lujo” de escribir como se me da la gana, ya que sólo
vomito lo que siento y/o pienso y no le doy la corrección adecuada, o más bien
como debería, pero en fin, ya me estoy saliendo del tema.
Dijo muchas cosas
lindas acerca de ello, me dijo que soy su escritora favorita y vaya que ese
título da mucha responsabilidad, para ese entonces ya lo consideraba (considero)
un amigo.
Puedo decir que ya mero
cumplimos dos años de conocernos, pero mi alma y la suya se han conocido desde
antes y lo seguirán haciendo por mucho tiempo más, es uno de los tesoros más
grandes que tengo, no lo cambiaría nada.
Me ha demostrado lo que
es el cariño incondicional, me ha enseñado lo mucho que valgo, me ha querido
sin prejuicios, ha estado para mí cuando más necesité a alguien y cuando no también.
Escribió cuentos para mí, y uno de los mejores cuentos maravillosos que he
tenido el placer de leer, me enseñó a sonreír de nuevo, secó mis lágrimas a
través de un monitor, se desveló conmigo hasta las cinco de la mañana viendo
vídeos sin razón de ser para acompañar mi soledad en un monstruo de ciudad que
me carcomía las entrañas, formó una familia conmigo, tenemos un bello
pandagatisirenoposa, y una bello Kero, ha sido la mejor esposa con la que he
tenido el placer de pelear, compartimos una relación amor-odio con PPMM, me regaló
un cumpleaños que no cambiaría por nada, NADA, del mundo, me regaló un Pikachú
para abrazarlo cuando me sintiera más sola y saber que está conmigo.
Ha llorado también
conmigo, me ha mostrado su debilidad sabiendo que no lo destruiría y sería (soy)
un banca en donde descansar, se pone feliz cuando estoy feliz, se entristece
cuando yo también lo hago, y vicerversa, no sabe lo feliz que soy cuando él
también lo es. Se preocupa por mí, por mi salud, por mi sonrisa, mi bienestar,
mi alegría y felicidad, me ha enseñado las cosas buenas de la vida, como canciones
tocadas a piano por él y cantadas, oh yeah, que soy un corazón, que soy amor,
lo que no sabe es que sin él no sería lo que sale a vivir todos los días.
Efectivamente, no
concibo ya mi vida sin él, lo extraño cuando no platicamos todos los días,
aunque no se lo haga saber, ha aguantado mis dramas, las veces en las que me
han roto el corazón, le ha partido la madre a quiénes se lo merecen y está a la
expectativa de pegarle a quiénes me hacen sufrir —ha
hecho mejor el papel de hermano mayor que el mío—,
es una especie de alma gemela de amistad, es mi cómodo sillón en el que
descanso cuando siento que no puedo más, y lo mejor es que él sabe que yo
también lo seré y soy para él.
Hoy hace algunos añitos
vino al mundo, sus papás no saben el hermoso regalo que trajeron al mundo, si
el planeta tuviera más personas como él sería un lugar mejor; a veces ponen en
tela de juicio que las redes sociales son just for lol’s, pero he de presumir
que si no fuera por la del pajarito azul, sin albur, no podría estar
escribiendo esto e incluso me han cuestionado cómo puede ser posible que considere
como amigo a alguien a quién no he visto, pues sí, sí lo he visto, dos veces, y
han sido unos de los días más felices de mi vida y sé, que aunque no lo hubiera
visto, esto que siento por él, es real, como él, como yo.
Muchas felicidades,
Serch bebé, eres un dulce después de un trago amargo, un baño después de un día
cansado, una nube cuando el día ha estado muy soleado, una siesta después de
una jornada larga, una carcajada sincera luego de haber llorado, eres un ser
mágico que ha hecho de mi vida algo mejor, sin ti, sin lugar a dudas, estaría
perdida. No puedo elegir otra palabra más que gracias, gracias por ser ese
ángel de la guarda que, aún y con todas sus ocupaciones, está al pendiente de
mí. MUCHAS GRACIAS por dejarme estar en tu vida, por compartir este día tan
especial.
Te deseo más retos, más
tristezas, más sueños, más lágrimas, más sonrisas, más caídas, más levantadas,
escaleras y rampas, a resumidas cuentas, te deseo vida: MUCHA VIDA. Para que
podamos seguirla compartiendo juntos por muchos años más.
Te adorote con todo mi
corazón, con todo el amor, que vos dices, que soy.
¡FELIZ, FELIZ SÍ
CUMPLEAÑOS A TI, A TÚ!
Por siempre tuya y para
siempre Liz :33
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