domingo, 22 de abril de 2012

A veces

A veces es necesario estar triste pero en soledad. Es necesario sentir esa nostalgia que va comiendo a mordiditas la orilla del corazón. A veces es necesario estar triste y no llorar, para disfrutarlo y de esa manera poder suspirar y saber que dentro de unas horas o segundos todo estará bien.

A veces es necesario estar triste y no decírselo a alguien aunque matemos por hacerlo, porque las personas se cansan, las personas a veces no pueden estar siempre, las personas también sienten, también tiene derecho a ser libres y un día vivir como ellos deseen.

Pero no, no se puede, nunca se puede vivir como uno desea, pueden reír, comer, darse un baño, saltar y cantar su canción favorita, imaginar su utopía pero luego, luego y más luego regresas a tu rutina, a tu esclavitud, a la manera en la que te atan la corbata y te vuelves el sirviente de alguien más y por eso es necesario estar triste.

Bien lo dijo Calderón de la Barca ¿Qué es la vida? Un frenesí, un delirio violento de una pasión y es que estamos tan enajenados en la búsqueda de ese algo que nos haga sentir que dejamos de lado la tristeza, la dejamos de lado cuando ella siempre nos persigue cual perrito faldero, sin fallarnos, día con día toca nuestras puertas, cierra las ventanas, nos despeina con su soplo y se queda a dormir cada noche en nuestros parpados y ni así le damos oportunidad de que viva, de que sueñe. La tristeza también siente, la tristeza también necesita que se beba, que se cante, que se lleve a pasear un domingo por la tarde con la familia.

Por eso, a veces es necesario estar triste en soledad porque sólo así, solamente así, es cuando nos damos cuenta cuán indispensables somos en nuestra propia existencia.

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