Cierto día en un pueblo de no muchos pueblerinos, vivía una pequeña niña que no era muy agraciada en belleza y virtudes, de hecho no era muy querida por los niños de ese lugar ya que constantemente le hacía bromas y muy pesadas. Era muy tímida como para acusarlos con un mayor, además temía que si lo hacía se la cobrarían peor.
Estaba cansada de ser la burla de todos pero no tenía el valor para enfrentarlos y menos a todos los que le hacían burla, ya que a otros les daba igual si la molestaban o no, ella no era parte de su universo. Por lo que su única salvación era el jardín que tanto cuidada, le dedicaba horas enteras después de la escuela, era como su refugio ante tanto dolor que le hacían pasar. Pero parecía que hasta la tierra estaba en su contra debido a que no daba frutos ningún árbol y que decir de las flores, los retoños no daban indicios de aparecer. No se daba por vencida, día con día los cuidaba, abonaba y conforme hacía eso confiaba que algún día florecerían y con ello la satisfacción de que eso si podría hacerlo bien.
Hasta que un día, cuando se levantó para ir a su martirio, es decir la escuela, paso por su jardín como de costumbre grande su sorpresa fue al darse cuenta que por fin todo el esfuerzo utilizado había dado frutos. Parecía un pequeño paraíso donde nadie la podía entristecer, con la imagen de su jardín se fue a la escuela con una sonrisa en los labios.
Al llegar todos los niños notaron su alegría incluso se contagiaron de ella, hasta la maestra extrañada de que la niña rara llegara tan feliz le preguntó cuál era el motivo de su alegría irradiante. Y ella muy feliz y también torpemente le dijo que por fin había dado frutos todo el trabajo realizado en su jardín, y con un brillo en los ojos se notaba que era hermoso.
Los niños al escuchar la razón de su alegría idearon un plan para destruir su jardín, creo que nunca el porqué decidieron hacer tal atrocidad pero disfrutaron al hacerlo. Como bien sabía la mayoría de su grupo, ella siempre se iba caminando hacía su casa debido a que sus padres no tenían manera de ir a recogerla.
Así que tomaron ventaja de ello y al final de la escuela todos se subieron a la carreta de uno de los padres de los pequeños, le rogaron que los llevara hasta la casa de ella. Él conociendo que nadie quería a la niña les preguntó con cierta sospecha que harían en su casa, por lo que ellos cínicamente dijeron que le tenían preparada una sorpresa que jamás olvidaría. Llegaron a la casa y buscaron el jardín no tardaron mucho en encontrarlo debido a que estaba a un costado de la humilde casa que parecía caerse por lo vieja que estaba, al mirarlo se dieron cuenta que realmente era hermoso, al entrar había tres naranjos y dos durazneros, al fondo cuatro manzanos y alrededor formando un círculo casi perfecto de varios buques de rosas, lirios, pensamientos, narcisos y otros tipos de flores que los niños no lograron reconocer.
Se dividieron en tres grupos, los primeros se dedicaron a quitar todos los frutos de los árboles, los segundos a arrancar y esparcir los pétalos y tallos por todo el lugar y finalmente los terceros a levantar e inundar la tierra para que ya no fuera posible sembrar en un futuro.
Terminaron justo a tiempo ya que cuando comenzaron a emprender camino se toparon con ella por lo que corrieron en el sentido opuesto a la casa, eso le causo sospechas por lo que ella hizo lo mismo, corrió como nunca antes lo había hecho en su vida.
Al llegar las lágrimas comenzaron a fluir automáticamente, se acercó a su paraíso destruido y comenzó a gritar, su corazón se desgarró. No entendía por qué, cuál era el motivo por la cual la detestaban tanto, ella no les había hecho algo como para que la trataran de esa manera.
Miro al cielo y le reclamo a Dios con todo el dolor de su alma, era tan sólo una niña pequeña, su inocencia estaba intacta, no le hacía mal a nadie, le hacía caso a sus padres, y sin embargo todo lo que recibía eran bromas, malos comentarios y la destrucción de el único lugar que podía ser agradable. Maldijo, los maldijo a ellos y lo maldijo a Él por traerla al mundo y sólo darle sufrimiento. Se hincó en medio de la destrucción de no sólo su jardín sino de la esperanza de la gente, intentó por lo menos rescatar alguna flor, pero a su vista nada era rescatable.
Las lágrimas comenzaron a fluir nuevamente pero no sólo las de ella, sino también las del cielo, parecía diluvio, parecía como si el cielo también llorara con ella.
Se quedó ahí, pasaron las horas y no quería despegarse del lugar, pesco un grave resfriado debido a esa osadía, pero no podía separarse, en su carita se veía la desolación, la tristeza y la desesperanza de la vida. Pero como en toda tormenta después viene la calma, el sol comenzó a llenar el lugar con sus cálidos rayos, se levantó para irse a la casa, tal vez encerrarse en su cuarto y no salir más, pero antes de salir por completo, se dio cuenta que un rayo señalaba una hermosa flor blanca, parecía un regalo de Dios, se acercó, se arrodilló y la contempló, comenzó a llorar otra vez pero esta vez de alegría se dio cuenta que esa flor había sobrevivido a toda la catástrofe y si ella siendo tan frágil lo pudo haber hecho, con más ganas ella.
No les daría el gusto a esos niños crueles de verla triste más, la saco cuidadosamente de la tierra y la colocó en una maceta, corrió a su habitación y la puso en la ventana, la observo y se dio cuenta que la flor hermosa era…. Jazmín.
Estaba cansada de ser la burla de todos pero no tenía el valor para enfrentarlos y menos a todos los que le hacían burla, ya que a otros les daba igual si la molestaban o no, ella no era parte de su universo. Por lo que su única salvación era el jardín que tanto cuidada, le dedicaba horas enteras después de la escuela, era como su refugio ante tanto dolor que le hacían pasar. Pero parecía que hasta la tierra estaba en su contra debido a que no daba frutos ningún árbol y que decir de las flores, los retoños no daban indicios de aparecer. No se daba por vencida, día con día los cuidaba, abonaba y conforme hacía eso confiaba que algún día florecerían y con ello la satisfacción de que eso si podría hacerlo bien.
Hasta que un día, cuando se levantó para ir a su martirio, es decir la escuela, paso por su jardín como de costumbre grande su sorpresa fue al darse cuenta que por fin todo el esfuerzo utilizado había dado frutos. Parecía un pequeño paraíso donde nadie la podía entristecer, con la imagen de su jardín se fue a la escuela con una sonrisa en los labios.
Al llegar todos los niños notaron su alegría incluso se contagiaron de ella, hasta la maestra extrañada de que la niña rara llegara tan feliz le preguntó cuál era el motivo de su alegría irradiante. Y ella muy feliz y también torpemente le dijo que por fin había dado frutos todo el trabajo realizado en su jardín, y con un brillo en los ojos se notaba que era hermoso.
Los niños al escuchar la razón de su alegría idearon un plan para destruir su jardín, creo que nunca el porqué decidieron hacer tal atrocidad pero disfrutaron al hacerlo. Como bien sabía la mayoría de su grupo, ella siempre se iba caminando hacía su casa debido a que sus padres no tenían manera de ir a recogerla.
Así que tomaron ventaja de ello y al final de la escuela todos se subieron a la carreta de uno de los padres de los pequeños, le rogaron que los llevara hasta la casa de ella. Él conociendo que nadie quería a la niña les preguntó con cierta sospecha que harían en su casa, por lo que ellos cínicamente dijeron que le tenían preparada una sorpresa que jamás olvidaría. Llegaron a la casa y buscaron el jardín no tardaron mucho en encontrarlo debido a que estaba a un costado de la humilde casa que parecía caerse por lo vieja que estaba, al mirarlo se dieron cuenta que realmente era hermoso, al entrar había tres naranjos y dos durazneros, al fondo cuatro manzanos y alrededor formando un círculo casi perfecto de varios buques de rosas, lirios, pensamientos, narcisos y otros tipos de flores que los niños no lograron reconocer.
Se dividieron en tres grupos, los primeros se dedicaron a quitar todos los frutos de los árboles, los segundos a arrancar y esparcir los pétalos y tallos por todo el lugar y finalmente los terceros a levantar e inundar la tierra para que ya no fuera posible sembrar en un futuro.
Terminaron justo a tiempo ya que cuando comenzaron a emprender camino se toparon con ella por lo que corrieron en el sentido opuesto a la casa, eso le causo sospechas por lo que ella hizo lo mismo, corrió como nunca antes lo había hecho en su vida.
Al llegar las lágrimas comenzaron a fluir automáticamente, se acercó a su paraíso destruido y comenzó a gritar, su corazón se desgarró. No entendía por qué, cuál era el motivo por la cual la detestaban tanto, ella no les había hecho algo como para que la trataran de esa manera.
Miro al cielo y le reclamo a Dios con todo el dolor de su alma, era tan sólo una niña pequeña, su inocencia estaba intacta, no le hacía mal a nadie, le hacía caso a sus padres, y sin embargo todo lo que recibía eran bromas, malos comentarios y la destrucción de el único lugar que podía ser agradable. Maldijo, los maldijo a ellos y lo maldijo a Él por traerla al mundo y sólo darle sufrimiento. Se hincó en medio de la destrucción de no sólo su jardín sino de la esperanza de la gente, intentó por lo menos rescatar alguna flor, pero a su vista nada era rescatable.
Las lágrimas comenzaron a fluir nuevamente pero no sólo las de ella, sino también las del cielo, parecía diluvio, parecía como si el cielo también llorara con ella.
Se quedó ahí, pasaron las horas y no quería despegarse del lugar, pesco un grave resfriado debido a esa osadía, pero no podía separarse, en su carita se veía la desolación, la tristeza y la desesperanza de la vida. Pero como en toda tormenta después viene la calma, el sol comenzó a llenar el lugar con sus cálidos rayos, se levantó para irse a la casa, tal vez encerrarse en su cuarto y no salir más, pero antes de salir por completo, se dio cuenta que un rayo señalaba una hermosa flor blanca, parecía un regalo de Dios, se acercó, se arrodilló y la contempló, comenzó a llorar otra vez pero esta vez de alegría se dio cuenta que esa flor había sobrevivido a toda la catástrofe y si ella siendo tan frágil lo pudo haber hecho, con más ganas ella.
No les daría el gusto a esos niños crueles de verla triste más, la saco cuidadosamente de la tierra y la colocó en una maceta, corrió a su habitación y la puso en la ventana, la observo y se dio cuenta que la flor hermosa era…. Jazmín.
3 comentarios:
Hola!
bonito cuento
tiene una bonita moraleja (que en este momento no sé cual es xD)
puede escribir cuentos para niños :)
Muy hermoso el cuento, triste pero hermoso ^^
ME RECORDO UNA EPECIA DE LEYENDA, BUEN RITMO, AUNQUE ALGUNAS PALABRAS SE SALEN DEL CONTEXTO INFANTIL,Y SE QUE SON INTELIGENTES PERO PUES CREO Q NO LAS ENTENDERAN, NO CREES?
JAJAJAJA
NA YA EN SERIO LINDO CUENTO; JAZMIN LINDA FLOR Y SU AROMA ES EXTRAORDINARIO, NOS VEMOS NIÑA UN PLACER LEERNOS JAJAJA
SALUDOS NOS VEMOS
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